Las ricas dotes humorísticas de álvaro de Laiglesia resplandecen constantemente en este libro, cada una de cuyas páginas es una exuberante y afortunada lección de gracia fluída, una alegre y buída muestra de visión caricaturesca que llega al fondo de los temas tratados, una múltiple y variada sucesión de ingeniosidades de la mejor ley.